Dormir bien por la noche es esencial para el cuerpo y la mente, pero también para mantener una piel saludable. La regeneración celular se produce en horario nocturno y es un momento también para equilibrar los niveles de humedad. La combinación de un déficit de sueño y deshidratación puede provocar una antiestética apariencia en la zona de los ojos: bolsas, ojeras, el contorno más reseco y, como consecuencia, arrugas más visibles. Además, la falta de horas de descanso hace que el cuerpo responda como si estuviera en una situación de peligro y acelera la producción de cortisol, la principal hormona del estrés. Y el estrés es un claro enemigo de la piel, pues incrementa su afecciones y alteraciones, como brotes de acné por la obstrucción de los poros, enrojecimiento y picores, y falta de luminosidad.
Para destapar toda la hermosura que esconde una piel descansada te proponemos algunas pautas para que tus noches sean más relajadas y veas su efecto reparador por las mañanas.
Medita. ¿No sabes cómo hacerlo o crees que no tienes tiempo? En Internet hay muchos vídeos y audios de meditación guiada que pueden ayudarte. Si te apetece algo más sencillo sin guía, puedes dedicar entre cinco y diez minutos a respirar tranquilamente antes de dormir, a pensar en la felicidad que te han aportado las pequeñas cosas del día y a dar las gracias por ellas.
Masajea algunas zonas. Quizá piensas que no sabes hacerlo, pero la presión con tus manos en algunas zonas libera mucho estrés y es agradable para cualquiera. ¿A quién no le gusta un mimo sobre la piel? En los pies y en las manos se encuentran zonas reflejas del organismo. Aunque no se conozcan los puntos exactos, unas presiones aliviarán el estrés y ayudarán a dormir. También relajar la tensión que se acumula en el cuello, en la mandíbula y en el cráneo mitigará la fatiga y destensarán las facciones.
Desconecta los dispositivos. Los expertos hablan de dejar de interactuar con el móvil, la tablet o el ordenador al menos una hora antes de irse a dormir. Además, cada vez se alerta más de los perjuicios que tienen los dispositivos con luz azul para la salud de la piel, como la formación de radicales libres.
Ejercicio regular. La práctica moderada de ejercicio promueve un buen descanso. Basta con un buen paseo para notar los beneficios. Si las condiciones climáticas o el tiempo ajustado no te permiten salir, prueba a hacer estiramientos en casa.
Una ducha relajante. Una ducha de agua tibia ayuda a relajar la musculatura y a eliminar el cansancio acumulado a lo largo del día. Si en el gel se añaden una gotas de aceites esenciales relajantes, el efecto se potenciará.
Habitación ventilada. Es importante que el cuarto en el que se vaya a dormir esté ventilado, con una temperatura agradable para poder conciliar el sueño y no sudar, para evitar irritaciones de la piel. Una bruma de lavanda sobre la almohada refrescará la zona y relajará la mente.
Rutina facial. Antes de acostarse es importante eliminar las impurezas de la piel acumuladas a lo largo de la jornada y ayudar a hidratarla, tanto por fuera, con tus cosméticos de confianza, como por dentro, con la ingesta de agua.