BENEFICIOS PARA LA PIEL
Estos son algunos de los beneficios del uso de muselinas desmaquillantes reutilizables de gasa de algodón:
- Hipoalergénicas. El algodón es una fibra de origen natural y es hipoalergénica. No irrita la piel ni provoca alergias. Por eso, las muselinas son ideales para pieles con algún tipo de sensibilidad.
- Ligera exfoliación. Ejerce una suave exfoliación sobre la piel, lo que favorece la eliminación de impurezas y mitiga las imperfecciones. Pero la fricción es más liviana que con una toalla de rizo normal y eso es especialmente beneficioso para las pieles más delicadas.
- Activan la circulación. El arrastre de la muselina sobre el cutis activa la circulación con lo que se estimulan los mecanismos de regeneración celular.
- Suaves y resistentes. El tejido mantiene su suavidad después de los lavados, así que no agrede el cutis. Puede lavarse a un máximo de 30 grados, aunque aconsejamos hacerlo con agua tibia y con un jabón neutro, también antes de su primer uso. Es un tejido resistente para uso frecuente.
- Cutis impecable para aplicar los tratamientos. La piel se queda tersa y levemente humedecida tras su uso, impecable para la aplicación de los tratamientos.
¿POR QUÉ SON SOSTENIBLES?
- Respetuosas con el medio ambiente. Fomentan la limpieza facial sin generar residuos porque se confeccionan una sola vez y se usan cientos de veces. Además, el algodón es una fibra renovable, reciclable y rápidamente biodegradable.
- Lavables y reutilizables. Una vez que se utilizan pueden lavarse y volverse a usar en múltiple ocasiones sin perder su suavidad y función.
- Doble ahorro: para el medio ambiente y para tu bolsillo. Al lavarse y volverse a utilizar se reduce la generación de residuos, una alternativa sostenible a los productos desechables de un solo uso. Las muselinas pueden durar mucho tiempo y eso también genera un ahorro a tu bolsillo.
- Se pueden llevar a todas partes. Son fáciles y cómodas de transportar. Al tratarse de un tejido ligero se seca fácilmente y esto ayuda en momentos en los que las muselinas se llevan en el neceser para uso puntual o cuando se viaja. Esto ayuda a disponer de ellas en cualquier lugar sin tener que recurrir a productos de un solo uso y, por tanto, generar residuos.
