Incluir vitaminas en el cuidado de la piel es decisivo para disfrutar de un cutis no sólo radiante sino saludable. Desde el punto de vista cosmético son activos que nutren la piel, protegiéndola y mejorando su aspecto a largo plazo si se es constante. Sus beneficios son múltiples, dependiendo del tipo de vitamina o la combinación que se haga de ellas, y van desde la hidratación hasta la reducción de las líneas de expresión, la unificación del tono y mayor suavidad al tacto. Una buena alimentación contribuye a un estado saludable de la piel y con cosméticos es posible reforzarlo. Te contamos más sobre el abecé de las vitaminas.
Vitamina A. Regeneración celular
La vitamina A estimula la síntesis de colágeno, aumentando su elasticidad y firmeza, y promueve la regeneración celular en las capas superficiales de la piel, pues tiene un efecto cicatrizante, minimiza la aparición de líneas finas y arrugas, y suaviza la apariencia del tono y la textura de la piel. Además de su efecto antioxidante mejora la hidratación de los tejidos y favorece el desarrollo y mantenimiento de la pigmentación. El resultado es un mejor aspecto fruto de una piel sana.
En cosmética estos ingredientes son conocidos como retinoides y en el terreno de los productos naturales provienen de carotenoides presentes en plantas (betacaroteno). En cosméticos de síntesis es muy popular como retinol, derivado de fuentes animales y de procesos químicos; uno de sus efectos secundarios es la irritación de la piel, causando enrojecimiento e irritación. La Unión Europea ha limitado la concentración máxima de retinol en cosméticos de síntesis recientemente.
Vitamina B. Hidratación
En realidad es un conjunto de vitaminas. En cosmética las más utilizadas son la B3 (niacinamida), la provitamina B5 (pantenol) y la B6 (piridoxina). Este grupo de vitaminas combaten la deshidratación y previenen la sequedad de la piel, que al verse nutrida mejora su brillo natural y se ve menos apagada. También cuentan con propiedades reparadoras y antiinflamatorias, y reducen las rojeces.
Vitamina C. Antioxiante
La vitamina C es un potente antioxidante. Su forma más conocida es ácido ascórbico, aunque se pueden obtener resultados en otras formas. Es esencial para la síntesis de colágeno, por lo que suaviza las líneas de expresión, y acelera los procesos naturales de curación. Además de hidratar ilumina la piel, por lo que la piel luce más saludable y joven. Asimismo, previene el daños de los radicales libres con su protección antioxidante, actúa como antiinflamatorio para calmar el enrojecimiento y disminuye la apariencia de las cicatrices del acné.
Vitamina E. Reparación y protección
El tocoferol es, probablemente, el término más común por el que es conocida esta vitamina en cosmética. Suele encontrarse a menudo en productos para el cuidado diario por su gran versatilidad y grandes beneficios. Esta vitamina es conocida por su poder antioxidante y protector de la piel frente a las agresiones externas, pues promueve la reparación celular y refuerza la función de la barrera cutánea. Pero también es una exelente hidratante, ideal para piel seca y áspera. Además, alivia la irritación y ayuda a prevenir daños como líneas y manchas oscuras causadas por la exposición a los radicales libres.
Vitamina K. Cicatrización y microcirculación
La fitondiona o vitamina K no es de las más conocidas en cosmética, pero tiene importantes beneficios tópicos. Posee propiedades antiinflamatorias, promueve la cicatrización de heridas y es excelente para atenuar las ojeras porque tiene propiedades vasoprotectoras y activadoras de la microcirculación sanguínea. Es adecuada pra pieles sensibles y reactivas, pues descongestina, calma y alivia las rojeces. Además, revitaliza la piel y le aporta luminosidad, y puede contribuir a mantener la elasticidad del tejido.
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