Devolver a la piel su frescura tras el verano

Volver a la rutina tras las vacaciones de verano no solamente es regresar a las obligaciones diarias, al trabajo o a los estudios. También implica prestar atención a nuestra piel, por bienestar y por salud. El estío implica pasar más tiempo al aire libre y el impacto de los factores externos sobre la piel casi son inevitables (radiación solar, salitre del mar, cloro de las piscinas…). Pero todavía hay tiempo para restaurar los daños que las altas temperaturas, los baños y dejar a un lado las rutinas de belleza han causado sobre la piel.

Los problemas

Los principales problemas que deben combatirse después de verano son la falta de hidratación, la desnutrición, las manchas y los brotes de acné.

  • Falta de hidratación. El verano combina una serie de factores que derivan en la pérdida de agua del tejido, por lo que los signos de envejecimiento, como arrugas y flacidez, son más visibles.
  • Sin luminosidad. Si se deja de lado la rutina de cuidado, la falta de nutrientes deja apagada la piel, sin protección y sin ‘alimento’ que permita regenerarla.
  • Manchas. Son una gran preocupación estética porque en verano suelen reactivarse por el exceso de la exposición al sol. A veces influyen otros factores, como medicamentos y perfumes sintéticos, pero también hay personas con tendencia a la hiperpigmentación.
  • Brotes de acné. Pueden darse durante y después del verano. Tomar el sol engrosa la piel y esto facilita la obstrucción de los poros. Además, las altas temperaturas provocan sudoración y puede contribuir a la erupción de los poros obstruidos.

Los cuidados

Aunque los grandes problemas a los que se enfrenta la piel en verano tienen su causas, también tienen sus remedios. Y ahora, una vez instaurada la rutina, pueden atajarse.

  • Exfolia. Es un paso esencial para una piel más homogénea, suave y lisa. Los peeling disminuyen notablemente las imperfecciones e iluminan la piel porque con su aplicación se eliminan la células muertas. Así también se da una oportunidad a que los activos de los cosméticos actúen, pues se absorben mejor en una piel libre de impurezas. Hay varias maneras de exfoliar: con cosmética, con esponja konjac o con muselina.
  • Hidrátate bien. La hidratación tiene que llegar desde el interior, bebiendo agua y con la ingesta de alimentos, y desde el exterior, con cuidados cosméticos. La hidratación es fundamental para mantener la piel en buenas condiciones. Elige activos hidratantes, como el ácido hialurónico, para mantener unos buenos niveles de agua en la piel.
  • Nutre tu piel. Un cocktail de vitaminas, antioxidantes y aminoácidos hará que los estragos del verano se vayan mitigando paulatinamente.
  • Aliméntate de forma saludable. Es clave para devolver a la piel su estado natural. Como en el anterior paso se trata de nutrir, pero desde dentro.
  • Descansa. Además de los beneficios de un sueño reparador es importante mantener a raya el estrés.
  • Haz ejercicio. La práctica regular de ejercicio alivia el estrés y aumenta el flujo sanguíneo, que ayuda a la regeneración celular y a lucir un aspecto más saludable.
  • Continúa usando protector solar. Hay que utilizarlo durante todo el año, no sólo durante el verano cuando la radiación solar es más intensa. Recuerda: está presente siempre, por lo que es adecuado utilizar protección, aunque en factores más bajos.
  • Recupera tus rutinas de belleza. La laxitud del verano invita a abandonar la rutina. Así que si éste ha sido tu caso es un buen momento para retomar los cuidados beauty. Dedicarte unos minutos al día no sólo lo agradecerá tu piel, sino tu estado de ánimo.

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